Muchos prefieren el olor a lavanda delante de otros productos aromatizadores y fragancias naturales. El aroma que desprende esta flor puede cautivar a cientos de personas, específicamente por su frescura y sensación de limpieza. Tenerla en los espacios del hogar representa un delicado elemento de decoración, sin embargo ubicarla en una pequeña taza, luego de tenerla en el jardín es un proceso que te mostraremos a continuación.
La lavanda es una flor que se caracteriza entre otras, por un crecimiento de forma desordenada, por la cual hay que cuidarla constantemente. Es por ello, que el primer paso es colocar las semillas de lavanda en el refrigerador, dentro de una bolsa hermética, durante 3 semanas antes de plantar, con el objetivo de ayudar a la germinación y resulte de forma efectiva.

Para poder cultivar las flores de lavanda requerimos la mencionada taza, tierra, fertilizantes y semillas. El proceso inicia cuando realizamos un agujero en el fondo de la taza para que no se ahogue y tenga un buen drenaje, añadimos fertilizantes y sembramos las semillas, dejando 2 centímetros de espacio entre cada una. Cubrimos con tierra y agua.
Vale mencionar, que para que crezca en óptimas condiciones, esta flor debe estar expuesta al sol durante 8 horas diarias, mientras que el riego debe ser escaso. Expertos afirman que esta flor puede adaptarse a temperaturas cálidas, por lo que tomarán mayor fuerza en primavera y en verano.

¡Igual necesita cuidados!
No por estar en una taza, podemos relajarnos en su cuidado, al contrario, como mencionamos anteriormente la lavanda tiene un crecimiento muy desordenado, y por ende la poda debe ser una actividad fundamental y constante.
Conoce cómo puedes cultivar flores de Lavanda en una taza